Descripción del documento
El exilio no solo afectó a los adultos. Muchos niños
también lo sufrieron. Algunos salieron con sus familiares,
pero otros fueron enviados solos o con sus hermanos y
hermanas, dirigiéndose a otros países que los acogían
para que no tuvieran que sufrir los avatares del conflicto.
De esta manera, muchos se enviaron a la Unión
Soviética, a Gran Bretaña o a Argentina.
La idea era volver cuando la Guerra acabara, pero
muchos ya no lo hicieron.